Pidieron 20 años de cárcel para el expolicía acusado de asesinar al agricultor de Oro Verde
LocalesEn los alegatos por el homicidio en ocasión de robo de Marcelo Comar, las fiscales exigieron la condena por entender que se acreditó el delito endosado a Moisés Angel Medrano. También se consideró que fue falsa la denuncia por el robo de su arma.
ste mediodía finalizaron los alegatos en el juicio que se le lleva adelante al expolicia Moisés Angel Medrano, donde las fiscales intervinientes llegaron a la conclusión que el entonces uniformado de la comisaría octava participó activamente del crimen de Marcelo Fabián Comar acontecido en febrero del año 2014 en las afueras de Oro Verde.
Las dos fiscales consideraron acreditados los delitos de Homicidio en ocasión de robo agravado por la condición de policía y Peculado por lo que reclamaron una pena de 20 años de prisión efectiva e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
En los extensos y sólidos fundamentos de las fiscales Laura Cataneo como Matilde Federik, se solicitó al tribunal integrado por Ricardo Banazolla, Pablo Zof y Gabriela Garbarino, que cuando se dicte el fallo, si es condenatorio se disponga la inmediata prisión preventiva de Medrano.
Las fiscales explicaron al tribunal que hay sobrados elementos de pruebas científicas y de criminalística, que el entonces policía de la comisaría octava participó del asalto a la chacra del a familia Comar, ubicada en la zona rural de Oro Verde en la noche del 9 de febrero de 2014. Las pruebas balísticas determinaron que los proyectiles encontrados en la escena del crimen coincidían con otras balas que se encontraron en la casa del acusado, habida cuenta que fueron utilizadas por el arma reglamentaria de Medrano.
Si bien en el hecho por el cual fue asesinado Marcelo Fabian Comar, de 38 años, fue ejecutado por dos personas, por los elementos recolectados en la causa, no le quedaron dudas a las dos fiscales para reclamar la pena de 20 años que se dividió en dos delitos, el homicidio en ocasión de robo, y la falsa denuncia para tratar de justificar y esconder el arma, argumentando que se la habían robado. A entender de las acusadoras públicas, todo fue una mentira para ocultar el crimen y de esa manera esquivar la segura pericia que se le iba a practicar a su 9 mm.
Tanto Cataneo como Federik, tomaron muy en cuenta los dichos de los entonces jefes policiales de Paraná que blanquearon las dudas sobre el comportamiento del sargento. Su crecimiento económico abrupto, la adquisición de vehículos de alta gama y una vida de gastos muy llamativos, sumado esto a los antecedentes de familiares directos que estuvieron condenados por robos y asaltos en campos, llevaron a poner más certezas que dudas sobre el comportamiento de Medrano.
A esa altura de los acontecimientos, el expolicía miraba casi sin molestarse por lo que estaba escuchando, era como que no lo motivaba ni lo ponía nervioso saber que lo estaban condenando nada más y nada menos que a 20 años de cárcel.
La fiscal cataneo con un tono firme, y con un dedo casi acusador iba marcando las pruebas que se recolectaron en la investigación y sus últimas palabras fueron dichas con una mirada directa hacia Medrano que atinó a agachar la cabeza.
Beneficio de la duda
A su turno, los defensores oficiales Jorge Balbuena y Jorge Sueldo plantearon que las pruebas recolectadas no alcanzaban para conmover el estado de inocencia, por lo que reclamaron por el beneficio de la duda la absolución del expolicía. En esa línea, también rechazaron de plano la posibilidad que en caso de avanzarse con una condena, se disponga la inmediata detención, habida cuenta que la hipotética resolución podría ser apelada.
La parte final de la audiencia fueron para escuchar las últimas palabras de Medrano. El expolicía reiteró en gran parte lo que dijo en su testimonial inicial del juicio. Acusó a la Policía de haberle tendido una trampa, por lo que se declaró con bastantes inconsistencias como inocente de los dos delitos imputados.
El próximo 18 de diciembre en horas del mediodía el tribunal dará a conocer el adelanto de sentencia correspondiente.
Fuente: Javier Aragón para UNO